Brote: «Aparición repentina de síntomas de una enfermedad
que indican empeoramiento puntual de la misma» .
Esta es un resumen de las definiciones leídas antes de escribir el presente artículo. Pero, qué significa verdaderamente para nosotros, qué sentimos ante este cambio inesperado… Un alto en el camino, un momento de desestabilidad, que nos desequilibra, que nos hace dudar de alguna seguridad sentida y nos alerta de que en un momento, todo puede cambiar… Un brote representa dudas, dolor, incertidumbre, nervios y conlleva una modificación del tratamiento. Y qué decir, si se vive a menudo esta circunstancia… pues afecta a nuestra calidad de vida y a los que nos rodean.
En esta ocasión creo que mi experiencia personal reflejará más fielmente lo que una «paciente» puede sentir y su incomprensión ante algunos detalles de su compañera de viaje, la enfermedad. Tras más de 11 años juntas, aún me sorprenden determinados momentos de la convivencia…
«Un viernes, a una hora muy concreta, comenzó un dolor punzante, con garra, en mi abdomen. No lo pensé demasiado y acudí al servicio de urgencias. Era un dolor distinto, no el de costumbre, y no me acompañaban más síntomas,… Pues sí, la sorpresa, aunque muchos ya lo hayais adivinado, es la aparición en escena de un <<leve brote>>. La frase concreta de los especialistas fue «La enfermedad es así». Un tópico, una vana explicaión, una excusa… pero no hubo mayor argumentación. Me quedé en la camilla mientras esas palabras resonaban en mi mente. Palabras que no me tranquilizan, todo lo contrario. Y es que la falta de información o de entendimiento acerca de un período de actividad me recuerda funestos períodos pasados, me preocupa y también me enfada, por qué no reconocerlo, aunque sólo sea momentáneamente. Esas frases o sentencias, no ayudan, pues nos hace sentir que perdemos el control sobre nuestro cuerpo, sobre lo que vivimos, cuando en realidad no es así. La impotencia cobra importancia en un escena de debilidad, de duda».
Además, la amplitud de síntomas que pueden tener cabida en un brote lo hace más inexplicable. En el inicio del artículo ya apunté dos. Pero, entonces ¿a qué le llaman brote?, ¿Es un cajón desastre en el que entra cualquier complicación? ¿Se tienen en cuenta síntomas psicológicos o únicamente la actividad de la analítica? Dudas que me planteo… Lo que un brote es estrictamente para los profesionales de la medicina, y su alcance para los pacientes. Dos puntos de vista, que, unidos, tendrían mayor sentido a mi modo de ver, pues, por lo menos a mí, me cuesta dejar de sentir y racionalizar los síntomas físicos al margen de mi persona.
A pesar de lo enumerado, le he hecho un hueco a esos «brotes», a esa evolución de la enfermedad inesperada o a veces anunciada, y nos nos llevamos mal, aunque me reste mucho por conocer, por experimentar. Creo que la mejor parte es poder expresar qué sentimos en esos momentos difíciles, inciertos,… y compartirlo con vosotros.
Porque en cada momento vital
debemos destacar CÓMO lo vivimos
y con QUIÉN, no sólo QUÉ.