Nuestro cuerpo enferma y se producen una serie de reacciones en nuestro organismo, que implica a procesos mentales y fisiológicos. Debemos adaptarnos a esa nueva situación, psicológica y físicamente. Cómo pensamos, la forma de comportarnos ante los demás, y lo que sentimos, conllevan cambios en el estado físico. Y aquí aparecen los trastornos psicosomáticos (T.P).
Existen diferentes teorías y mucha bibliografía al respecto. Tras varias revisiones y evoluciones a lo largo de la historia, llegamos a lo que son HOY día. Los T.P implican una relación recíproca entre factores psicosociales y biológicos, una interrelación. La presencia de causas emocionales, tanto en el inicio como en el mantenimiento del trastorno, son muy destacadas.
«Cualquier trastorno físico suele implicar a diferentes niveles, alteraciones psicológicas, y viceversa«. El gran motivo que nos hace no perder de vista estos factores si convivimos con cualquier tipo de enfermedad, evitando diferenciar entre cuerpo y mente, pues están más que unidas en su procesamiento de la dolencia.
En el DSM (manual de psiquiatría), los T.P se contemplan como «factores psicológicos que afectan al estado físico o a la condición médica«, en la revisión más actual.
Y, ¿Cómo nos afecta?
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Alterando el curso de la enfermedad.
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Interfiriendo en el tratamiento.
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Constituyendo un factor de riesgo adicional.
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Precipitando o exacerbando los síntomas, a través de respuestas fisiológicas asociadas al estrés.
Los tipos de factores psicológicos que pueden influirnos, son los siguientes:
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Trastorno mental.
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Síntomas psicológicos (sin constituir un trastorno, como por ejemplo la ansiedad).
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Rasgos de personalidad o estilos de afrontamiento.
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Conductas desadaptativas relacionadas con la salud (consumo de sustancias, sedentarismo, comer en exceso…).
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Respuestas fisiológicas asociadas al estrés.
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Otros factores no especificados: demográficos, culturales o interpersonales.
En la década de los 60 Holmes y Rahe, psiquiatras de profesión examinaron registros médicos de más de 5000 pacientes para determinar si los eventos estresantes podían causar enfermedad. A los pacientes se les solicitó que ordenaran una lista de 43 sucesos de vida y se encontró una correlación positiva de 0.1 entre sus los sucesos y sus enfermedades. Fue llamada Escala de Estrés de Holmes y Rahe y posteriormente otras teorías han apoyado la relación tan relevante que existe entre estrés y enfermedad, entre los eventos vitales y la dolencia.
Actualmente existen diversas teorías sobre los T.P. La mayor parte se centra en trastornos muy concretos, aunque, existe otra versión, algo extendida que trata de ofrecer una explicación teórica general válida para cualquier tipo de alteración psicosomática.
Ejemplo: EII (Enfemedades Inflamatorias Intestinales) Hasta el momento el mecanismo propuestos como causante de este tipo de enfermedad, es con mayor incidencia una respuesta inmunológica anormal. La posible contribución de mecanismos inmunitarios, permitiría explicar por qué características psicosociales de los sujetos, como su exposición a aconecimientos estresantes, pudiera aumentar el número de brotes o agravar sus síntomas.