Archivo Mensual: noviembre 2014

Y lo que opinen los demás, … no está de más.

 

“Los que sufren no son los cuerpos, son las personas.”

E. Cassell

 

    Una de las problemáticas asociadas al padecimiento de una Enfermedad Crónica, es el punto de vista de la sociedad. Un aspecto, que definirá nuestra postura como enfermos en el entorno social. Cómo seamos identificados, puestos a prueb,a o por el contrario comprendidos, marcará la diferencia de nuestro concepto de «enfermos». Hoy día, hemos de considerar como prioritario el informar a nuestro entorno de la dolencia que padecemos, favoreciendo con ello la cercanía a unos síntomas que para muchos, pudieran ser hasta el momento, desconocidos. Promoviendo la comprensión entre amigos, compañeros de trabajo o de actividades, lograremos visibilizar las enfermedades crónicas.

 

     La aceptación social es un paso adelante en la mejora de la calidad de vida de los afectados y de sus familias, elevando su sensación de comodidad, de adaptación e integración social. Asumir la convivencia, el equipo que forman los afectados, “ Persona – Enfermedad”, es lograr entender unos síntomas, una manera de vivir y de sentir, e incluso, en ocasiones unas desventajas que sufren habitualmente.

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    Son muy diversas las patologías a las que nos podemos referir, pero todas ellas tienen un punto en común, los efectos a largo plazo que no sólo afectan a su salud, sino a sus ambientes más íntimos y personales, como las relaciones con sus semejantes.

 

    El destierro del rechazo, de la exclusión o del aislamiento social, debe de ser una labor primordial. No olvidemos que somos seres que nos desenvolvemos esencialmente en grupo y, en muchas ocasiones, los síntomas de nuestra enfermedad nos alejan de la actividad, nos apartan de la zona de acción, ya sea a nivel personal o profesional, lo cual puede acrecentar la gravedad de la misma.

 

    Las consecuencias a nivel psicosocial para los afectados y su contexto de apoyo, son, entre otras, estados depresivos, incremento de los conflictos en el hogar, aumento del nivel de estrés, sentimiento de culpa, automarginación, ansiedad, incertidumbre, aislamiento, pérdida del trabajo, absentismo escolar, falta de ayudas sociales, y por lo tanto, de recursos económicos de la persona.  El miedo y la apatía son estados envolventes y constantes ante la influencia de la opinión pública. Las repuestas o reacciones de conocidos, de un jefe,… son presiones contínuas que nos obligan a callar, a mantener recluídos en el ámbito de lo privado, nuestros dolores o malestares.

 

    La mirada de una sociedad evidencia la mirada de todos nosotros hacia un colectivo, hacia los demás, y decide a veces, imprudentemente, conductas reprobables de exclusión o indiferencia, sobre todo, ante problemáticas desconocidas, como muchas Enfermedades Crónicas. Los profesionales hemos de empatizar con la exposición pública, con las actitudes generadas a través del miedo o de la desinformación, en la población general, pues son factores implicados en el sentir de los pacientes.

 

    Es importante rescatar a protagonistas en esta gran labor somo son , las asociaciones de pacientes, los grupos de apoyo, los profesionales sanitarios, además del indiscutible papel activo y luchador de los propios enfermos y de sus círculos de confianza.

Publicado:24 noviembre, 2014 | Comentarios: 2

Conferencia – Coloquio

          Accu- Cantabria (Asociación de Enfermos de Crohn y colitis Ulcerosa de Cantabria) organiza una Conferencia sobre «el papel de la Macrobiótica y los nuevos avances en el diagnóstico de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales», a cargo del Dr. Ocejo Viñals , médico especialista en Inmunología en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander.

 

            Proyecto Acompasados ha sido invitado al evento, y tras una breve presentación sobre nuestra iniciativa, expondremos « los factores psicológicos implicados en esta dolencia crónica», a cargo de nuestra psicóloga de referencia, Victoria S. Mújica.

 

              El próximo sábado 29 de Noviembre a las 18.00 horas,

en el Hospital de Liencres, Piélagos (Cantabria) 

OS ESPERAMOS!!!

 

Entrada libre hasta completar aforo.

 

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Publicado:18 noviembre, 2014 | Comentarios: 0

La pérdida crónica de la salud. Una nueva realidad.

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      La OMS define la salud como el estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no meramente la ausencia de enfermedad.

 

 

     Se entiende, por tanto, una relación entre la salud, y la calidad de vida. La pérdida, ausencia o desmejora de nuestro estado de salud, a consecuencia de una enfermedad, vulnerará nuestra calidad de vida. La percepción sobre nuestro estilo de vida, sobre cómo nos veíamos a nosotros mismos, se modifica ante esta nueva realidad. Padecemos una enfermedad crónica. Inmediatamente se nos viene a la cabeza las múltiples consecuencias negativas de la pérdida de la salud. Pero “ser enfermos” y “estar enfermos” son situaciones diferentes a las que nos podemos enfrentar. La manera en que nos enfrentamos o el prisma desde el que miremos cara a cara a la dolencia indicará nuestra postura con respecto a la enfermedad. Marcará por tanto, el nivel de calidad de vida que sentimos en el día a día. Ser o estar, son verbos que indican cómo nos adaptamos a esta nueva realidad.

 

 

Hablar de calidad de vida es hablar del equilibrio entre expectativas, esperanzas, sueños y realidades conseguidas o asequibles. Una buena calidad de vida se expresa habitualmente en términos de satisfacción, contento, felicidad, y capacidad para afrontar los acontecimientos vitales, a fin de conseguir una buena adaptación o ajuste. En general, la enfermedad, y en concreto la crónica, y su tratamiento, o sus secuelas, modifican nuestras metas, nuestras expectativas o esperanzas”.

Calman, 1987

 

     Pero, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida? Según la APA (Asociación Americana de Psiquiatría), estas son algunas sugerencias que nos ayudarán a sobrellevar y normalizar la situación con la que convivimos, la enfermedad que padecemos:

 

Mantener relaciones sociales. Establecer y mantener relaciones de calidad con amigos y familiares. Son de interés los grupos de apoyo que algunas asociaciones o consultas clínicas crean, compuestos por otras personas que experimentan desafíos parecidos al suyo. Estos grupos cumplen una doble función contribuyendo al bienestar personal y ofreciendo oportunidades para ayudar a semejantes.

 

Cuidar de uno mismo. No permitir que las preocupaciones por la enfermedad interfieran con su alimentación, su descanso, sus horas de sueño, los momentos de diversión o altere sus hábitos.

 

Mantener una rutina diaria de trabajo, labores, tareas domésticas y ocio o tiempo libre, en la medida de lo posible. Esto le brindará un sentimiento de estabilidad dentro del descontrol que siente y la incertidumbre que caracteriza a la enfermedad. Asimilar nuestra dolencia nos proporcionará otra percepción sobre lo que vivimos a diario y por tanto, mejorará nuestra calidad de vida. Para ello es primordial la información, la asistencia, o la atención integral.

 

       En conclusión, una nueva realidad la marcará el diagnóstico, pero también podremos matizarla nosotros desde la sensación de control y la aceptación del padecimiento.

 

Seguiremos hablando al respecto en posteriores artículos…

Publicado:10 noviembre, 2014 | Comentarios: 0

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